Um blog dedicado aos livros, às relações internacionais e aos problemas do desenvolvimento econômico e social, com ênfase nas questões da inserção internacional do Brasil. Ver outros trabalhos meus no site pessoal: www.pralmeida.org.
quinta-feira, 29 de dezembro de 2005
90) Temas de Politica Externa (3): Acordos de investimentos
Uruguai aprova acordo de investimentos com os Estados Unidos
Comentário de Rodrigo Amaral, do Grupo Relações Internacionais, onde foi circulada a notícia abaixo, retirada do jornal argentino La Nación:
"Mais um ponto de discórdia no Mercosul: o Uruguai junta-se à Argentina e passa a ter acordo bilateral de promoção de investimentos com os EUA. O Governo brasileiro retirou do Congresso, em 2002, todos os projetos de acordos de proteção de investimentos então assinados e que se encontravam em tramitação no Congresso para fins de ratificação."
La Nación, 29.12.2005, página 2, Exterior
Victoria crucial para Tabaré Vázquez: venció las resistencias dentro de su propia agrupación
Aprobó el Congreso de Uruguay un polémico acuerdo con los EE.UU.
El tratado protege las inversiones norteamericanas; había provocado una división en el oficialismo
MONTEVIDEO.- El presidente de Uruguay, el socialista Tabaré Vázquez, logró ayer que el Parlamento aprobara un polémico Tratado de Protección de Inversiones con Estados Unidos, para lo cual tuvo que vencer resistencias dentro de su propia bancada de izquierda, que en los últimos días estuvo sometida a tensiones políticas que pusieron en riesgo la unidad interna.
La votación, que se produjo en la madrugada de ayer, marcó el punto final de una extensa discusión con muchas idas y vueltas, en la que los partidos opositores aprovecharon para increpar al oficialismo por considerar que tiene un doble discurso. Lo acusaron de haber criticado con dureza durante décadas a Estados Unidos, para después incluir entre sus primeras medidas un acuerdo con la administración de George W. Bush.
El tratado obliga a Uruguay a dar el mismo tratamiento a un inversor estadounidense que a uno uruguayo, y viceversa. El acuerdo con el gobierno de Bush había sido firmado hace un año por el anterior gobierno uruguayo, presidido por el liberal Jorge Batlle, del Partido Colorado, pero aún faltaba la aprobación de los legisladores.
En los últimos días de su período, el proyecto de ley había ido al Parlamento para la ratificación del tratado bilateral y varios legisladores de la coalición de izquierda Frente Amplio se anticiparon a expresar su rechazo. Incluso el propio canciller Reinaldo Gargano llegó a expresar su opinión contraria al tratado.
Para la izquierda uruguaya, unificada en 1971 como Frente Amplio y ampliada en 1994 como Encuentro Progresista, Estados Unidos fue el "símbolo del imperialismo" y el enemigo público internacional número uno, lo que figura en los documentos fundacionales de la coalición que desde marzo gobierna en Uruguay.
Pero el ministro de Economía, el moderado Danilo Astori, destacó al presidente Vázquez la importancia de que se ratificara el tratado como señal a los inversores -locales y extranjeros- de que el nuevo gobierno está interesado en dar un marco jurídico de garantías a todas las inversiones.
A partir de esa decisión, la interna del Frente Amplio se movilizó y enfrentó situaciones tensas.
Para el gobierno no fue fácil conseguir que sus legisladores aprobaran el proyecto y, pese a que Vázquez exhortó a la bancada a que se votara el texto antes de fin de año, uno de los partidos de la alianza de izquierda desobedeció el mandato de la mayoría.
En las bancadas del Partido Socialista (el del presidente Vázquez), el Movimiento Tupamaro -liderado por el popular ministro de Ganadería, José Mujica- y en el Partido Comunista, se sumaron voces de rechazo al acuerdo con Estados Unid os.
Uno de los puntos más polémicos era el artículo 17 del tratado. Allí se establecía que cualquiera de los dos países puede negar los beneficios del tratado a empresas del otro asociadas a un tercer Estado considerado enemigo de Washington. Para muchos dirigentes de izquierda eso significa aceptar el bloqueo estadounidense a Cuba, algo que se niegan a tolerar.
Otro aspecto cuestionado fue el mecanismo de solución de controversias, que para los legisladores frenteamplistas dejaba expuesto a Uruguay a mecanismos de arbitraje en los que no tenía garantías.
Modificación de Bush
En su gira por Estados Unidos, Vázquez logró lo que nadie esperaba: que el gobierno de Bush aceptara modificar el tratado y contemplar los reclamos uruguayos.
No se borró el artículo 17, s ino que se agregó que Uruguay se reserva el mismo derecho: denegar los beneficios a una sociedad norteamericana de capitales de un país enemigo. Además, se aclaró la prioridad del Mercosur en una declaración adjunta del tratado y se modificó el mecanismo de solución de controversias.
Los cambios no fueron significativos, pero el gobierno mostró que había logrado que Bush aceptara condiciones de Uruguay. El nuevo tratado se firmó durante la Cumbre de las Américas en Mar del Plata.
Organizaciones de izquierda radicales protagonizaron marchas violentas, pero de escasa participación. El problema para Vázquez fue lograr que su bancada votara unida, para lo cual recurrió al poder de convicción de los dirigentes más influyentes. Aun así, el Partido Comunista (con un solo senador) votó en contra y uno de los principales diputados del Partido Socialista, Guillermo Chiflet, renunció a su banca para no tener que votar a favor de ese tratado.
Tanto en el Senado como en Diputados, hubo que desalojar las barras porque manifestantes comunistas gritaban "traidores" a los legisladores del Frente Amplio. Pese a esos tropiezos, el médico socialista Vázquez termina el año con el tratado ratificado y su bancada legislativa intacta.
Por Nelson Fernández
Corresponsal en Uruguay
http://www.lanacion.com.ar/exterior/nota.asp?nota_id=768382
La Nación, 29.12.2005, página 2, Exterior
El escenario
Una muestra elocuente de pragmatismo
MONTEVIDEO (De nuestro corresponsal).- Al presidente uruguayo, Tabaré Vázquez, hombre del Partido Socialista y líder de la izquierda uruguaya, nunca le gustó que lo compararan con sus colegas de otros países. "Ni Ricardo Lagos, ni Hugo Chávez, ni Lula, ni Fidel Castro, ni Néstor Kirchner... será un gobierno a lo Vázquez", comentaba antes de las elecciones que ganó en octubre de 2004 por mayoría absoluta, cuando se le preguntaba sobre un modelo para su futuro gobierno.
Mientras el presidente de Venezuela manifestaba contra el ALCA y Kirchner o Evo Morales tenían actitudes hostiles hacia Washington, los cancilleres de Uruguay y Estados Unidos firmaban en Mar del Plata un tratado de inversiones. Durante el encuentro de pres identes, Vázquez se preocupó por estirar su mano para estrecharla con la de George W. Bush y hacerle un gesto amistoso delante de todas las cámaras.
Para el primer gobierno de izquierda de Uruguay, el proceso de ratificación de un convenio con el gobierno de Bush fue una demostración de que no tiene problemas en sentarse del otro lado del mostrador del que estuvo acostumbrado durante décadas.
También fue una demostración de que, si el objetivo es generar un marco favorable a la inversión para generar puestos de trabajo en un país que sufre un alto nivel de desocupación (una tasa de 12,5% de la población activa), no importa que esa inversión sea privada o extranjera, incluso del emblema del "imperialismo" al que siempre repudió.
Es más, se trató de demostrar que para una coalición política en la que la mayoría de sus integrantes insisten en que una socied ad socialista es su objetivo final no hay alergia al capitalismo a la hora de buscar soluciones para la gente.
Pero, para Vázquez, el camino para ratificar el tratado de protección recíproca de inversiones no fue nada fácil. Lo llamativo es que las resistencias no las tuvo en el ala más radical de la coalición Frente Amplio, la que lidera el Movimiento Tupamaro (MLN, ex guerrilleros de los años sesenta y principios de los setenta), sino que fueron éstos justamente los que presionaron para que en la bancada de izquierda estuvieran los votos para aprobar el acuerdo.
Alineamiento
En el Partido Socialista, al que pertenece Vázquez, el tratado no cayó bien, pero sus legisladores se alinearon con el jefe de Estado. Uno de los diputados socialistas y dirigente histórico renunció a su banca, pero no al partido, en un gesto que pretendió remover la estructura del Frente Amplio en contra de proyectos que marquen un acercamiento a Estados Unidos (como el aval a las tropas militares para participar en la misión de las Naciones Unidas en Haití y el polémico tratado aprobado ayer).
El Movimiento de Participación Popular (MPP) -una subcoalición dominada por los tupamaros- estuvo a punto de fracturarse, con extensas discusiones, porque una tendencia radical tenía votos suficientes como para obligar a los legisladores del sector a oponerse al tratado.
El Partido Comunista -fundador del Frente Amplio- decidió desconocer el mandato imperativo de los legisladores alineados con Vázquez. Su senador votó en contra y sus militantes fueron al Palacio Legislativo a presionar y a insultar de viva voz a los legisladores de izquierda, cuando se votó el jueves pasado en el Senado y, ayer, en Diputados.
Los delegados de los "comités de base" -la estructura de redes de barrio que la izquierda creó en todo el país en 1971- reclamaron a sus dirigentes partidarios que les dieran participación en el debate del tratado, porque consideraban que no podía avalarse ese acuerdo. A juicio de "las bases", el tratado iba en contra de las banderas "antiimperialistas" levantadas históricamente por el Frente Amplio.
"Bienvenidos al club de serviles de Estados Unidos", dijo el senador Jorge Larrañaga, presidente del Partido Nacional, cuando los legisladores de izquierda votaban el tratado de inversiones.
Quedaron algunas heridas políticas internas, pero el tratado que quiso Vázquez quedó aprobado. El presidente demostró liderazgo y también mostró que cuenta con líderes que, cuando él se lo pide, se juegan para asegurarle su respaldo.
http://www.lanacion.com.ar/exterior/nota.asp?nota_id=768384
LA NACION | 29.12.2005 | Página 2 | Exterior
La Argentina, desde 1992
Mucho antes que Uruguay, en 1992 la Argentina puso en vigencia un tratado bilateral de inversiones (TBI) con Estados Unidos. Ese pacto sirvió de atractivo para la llegada de empresas de ese país, pero también es el responsable de que ahora la Argentina afronte demandas de empresas norteamericanas ante el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (Ciadi), del Banco Mundial.
Al igual que los otros 49 TBI que firmaron los gobiernos de Carlos Menem y Fernando de la Rúa, el acuerdo con Estados Unidos permite que el inversor de ese país pueda demandar a la Argentina ante el Ciadi en lugar de recurrir a tribunales locales, en caso de registrarse una expropiación sin fundamentos o cualquier medida similar. Empresas estadounidenses, como las energéticas CMS (accionista de TGN), AES (Edelap) y LG&E (Gas Natural), y de otros orígenes consideraron que la pesificación de las tarifas de los servicios públicos constituyó una expropiación. CMS logró este año un fallo favorable del Ciadi, mientras que AES retiró la demanda por Edelap, pero mantiene otras.
En 2002 venció el TBI con Estados Unidos, pero cada año se renueva automáticamente porque ningún firmante lo denuncia. El gobierno de Néstor Kirchner amenazó con revisar los TBI vencidos, pero ha mantenido el statu quo.
http://www.lanacion.com.ar/exterior/nota.asp?nota_id=768383
Nota de PRA em 06 janeiro 2006: O ministro da Economia do Uruguai, Danilo Astori, acaba de criar uma nova polêmica no Mercosul, ao opinar que seu país deveria buscar um acordo comercial em separado com os Estados Unidos, o que, em princípio, contraria as regras do Mercosul...
Paulo,
ResponderExcluirNão foi o moderador do egroup RI Brasil que fez aquele "nariz de cera" sobre a matéria do La Nación, fui eu.
Abraços,
Rodrigo Amaral